Abatido por ahora por una nueva desgracia natural, desencadenada por los elementos que no le es posible al hombre dominar, Haití reclama de todos nosotros, cristianos y ciudadanos de buena voluntad, nuestra cooperación generosa para que, en lo posible, se puedan paliar las heridas de las víctimas que han sobrevivido y los devastadores efectos de este terremoto.
Pido a todos los párrocos y sacerdotes con cura de almas que en las misas de este II Domingo del tiempo ordinario, se eleven súplicas a Dios misericordioso por el eterno descanso de los miles de fallecidos, y por la recuperación de los heridos y al pronta reconstrucción del país.
Al mismo tiempo les ruego que, a pesar de la crisis económica y social que padecemos, se organice una colecta destinada a ayudar a las víctimas de la catástrofe y se haga llegar a Caritas el dinero para su transferencia a Haití por medio de su organización diocesana y nacional.
Tengamos presente las palabras del Señor que nos recuerdan que hay mayor gozo en dar que en recibir; y que nada de cuanto hagamos por nuestros hermanos quedará sin recompensa.
Almería, a 15 de enero de 2010.
+ Adolfo González Montes
Obispo de Almería
Fuente: www.diocesisalmeria.es