Otro pilar fundamental de nuestra fe es la Oración. Los cristianos hemos de orar mucho y hemos de intentar hacerlo bien. Y orar no es sólo ir a Misa o rezar el Padrenuestro (que también y son dos cosas fundamentales), sino que orar es además la comunicación sincera con Dios: le hablamos, le abrimos nuestro corazón, le pedimos, le damos gracias...
Y cualquier momento es bueno: al despertar, al salir de casa, al llegar al trabajo, por la noche al acostarnos, ante los éxitos, ante las dificultades, donde encontremos una iglesia o una capilla abierta, etc.
Si conseguimos que nuestra oración sea una comunicación fluida con el Señor nuestra fe está plena de vida.